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Ángel encontró crecimiento en su mente y corazón en
¡Programa para Hombres de la Casa!
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«Antes de venir al Programa de Hombres de Casa, estaba en un punto bajo en mi vida», comentó Angel. «Desde que estoy aquí, he tenido un crecimiento en mi mente y en mi corazón. Ahora tengo confianza en mi recuperación».
Antes de inscribirse en el programa de tratamiento residencial, Angel sabía que quería tener un cambio. «Sentí una energía negativa en mi vida», dice. Para Angel, la recuperación en el programa de tratamiento residencial fue esencial para su éxito.
En Casa, Angel recibió apoyo para mantener su recuperación. Aquí, estaba en un lugar seguro, cerca de sus proveedores y tenía ayuda para encontrar recursos. A medida que pasaban los días, empezó a sentirse diferente respecto a su vida. «Desde que estoy en Casa me siento limpio, diferente y quiero seguir avanzando».
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«Antes de venir al Programa para Hombres de la Casa, estaba en un momento bajo de mi vida», comparte Ángel. «Desde que estoy aquí, mi mente y mi corazón han crecido. Ahora confío en mi recuperación».
Antes de matricularse en la residencia, Ángel sabía que quería hacer un cambio. «Sentía una energía negativa en mi vida», dice. Para Ángel, la recuperación residencial fue esencial para su éxito.
En la Casa, Ángel recibió apoyo para mantener su recuperación. Aquí estaba en un lugar seguro, cerca de sus proveedores, y tenía ayuda para encontrar recursos. A medida que pasaban los días, empezó a sentirse diferente respecto a su vida. «Desde que estoy en Casa, me siento limpio, diferente, y quiero seguir avanzando».
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Han pasado cinco meses desde que Angel completó el programa. Hoy está muy orgulloso de haber logrado el cambio que anhelaba. «Estoy feliz y tengo una mente positiva», dice. «Estoy trabajando todos los días para continuar con mi recuperación, agradeciendo a Dios y a Casa Esperanza, porque siento que soy una persona nueva».
Angel ahora vive en una de nuestras unidades del programa de Vivienda de apoyo. «Esto ha sido un cambio para mi familia, pero especialmente para mí», comparte. Angel también empezó a trabajar en un restaurante local. Continúa trabajando en su recuperación con el apoyo de su terapeuta. «Me siento fortalecido. Quiero continuar con el crecimiento significativo en mi mente y en mi vida».
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Han pasado cinco meses desde que Ángel terminó el programa. Hoy se siente muy orgulloso de haber logrado el cambio que anhelaba. «Soy feliz y tengo una mente positiva», dice. «Trabajo cada día para continuar mi recuperación, dando gracias a Dios y a Casa Esperanza, porque siento que soy una persona nueva».
Ángel vive ahora en una de las unidades de nuestro programa de Viviendas de Apoyo. «Esto ha supuesto un cambio para mi familia, pero sobre todo para mí», comparte. Ángel también empezó a trabajar en un restaurante local. Sigue trabajando en su recuperación con el apoyo de su terapeuta. «Me siento fortalecida. Quiero continuar el crecimiento significativo en mi mente y en mi vida».
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Aunque buscar ayuda fue un camino difícil para él, Angel ha logrado mantenerse fuerte en su recuperación. Agradece a todos los que lo apoyaron para seguir adelante y lograr sus objetivos. «Les deseo lo mejor a ustedes, los directores, los terapeutas, los consejeros y los gerentes», dice. «Gracias por estar conmigo no solo en los buenos tiempos, sino también en los difíciles».
Aunque cada proceso de recuperación es diferente, siempre nos llena el corazón de alegría ver crecer a nuestros pacientes. La recuperación residencial ayuda a los pacientes a darse cuenta de que nunca es demasiado tarde para lograr sus objetivos. Como dice Angel, «mira hacia adelante, mira siempre hacia adelante, nunca mires atrás. Te deseo buena suerte. Gracias por ayudarme. Y por brindarme el apoyo que necesitaba».
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Aunque buscar ayuda fue un camino difícil para él, Ángel ha conseguido mantenerse fuerte en su recuperación. Da las gracias a todos los que le han apoyado para seguir adelante y alcanzar sus objetivos. «Os deseo lo mejor a vosotros, los directores, los terapeutas, los orientadores y los gestores», dice. «Gracias por estar conmigo no sólo en los buenos momentos, sino también en los difíciles».
Aunque cada proceso de recuperación es diferente, siempre nos llena el corazón de felicidad ver crecer a nuestros pacientes. La recuperación residencial ayuda a los pacientes a darse cuenta de que nunca es demasiado tarde para alcanzar sus objetivos. Como dice Ángel, «mira siempre hacia delante, nunca mires hacia atrás». Te deseo buena suerte. Gracias por ayudarme. Y por darme el apoyo que necesitaba».
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